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Integración Sensorial

Nuestro programa de intervención en Integración Sensorial es parte integral de la Terapia De Neuro-desarrollo.

El mismo está dirigido en ofrecer las experiencias y los estímulos necesarios para producir respuestas activas en infantes, niños y adolescentes que faciliten su desarrollo; motor fino (función de la mano), perceptual (relacionado a la ejecución escolar y actividades de cuidado propio) y social-emocional (relacionado a la interacción con otras personas y el medio ambiente). Las evaluaciones administradas, el tratamiento y el manejo en general del paciente se determinan de acuerdo a su edad y condición.

 

El periodo del nacimiento hasta los dos años ha sido descrito como el periodo sensorial motor. Durante este periodo la mayoría del aprendizaje está basado en los sistemas sensorial y motor. El niño aprende acerca del mundo: probando, tocando, oliendo, escuchando y mirando todo lo que está a su alrededor, ésta es la parte sensorial. Al mismo tiempo el niño examina al mundo activamente: sacudiendo, salpicando, golpeando, arrojando, tirando y de otro modo manipulando otros objetos. El niño también combina partes del medio ambiente para aprender más acerca de la relación entre éstas. Estas actividades son la parte motora.

 

El aprendizaje durante este periodo comienza haciendo cosas y observando el resultado, esta clase de aprendizaje es el fundamento para el resto de los aprendizajes.

 

El proceso descrito se refiere al desarrollo típico, pero hay niños que tienen un desarrollo diferente, el niño puede nacer ciego, sordo o con una disfunción integración sensorial que hace que se dificulte o imposibilite la información. El niño puede tener condiciones que limiten la calidad o independencia en la ejecución de las actividades motoras y estos niños establecen un sólido fundamento para problemas posteriores de aprendizaje.

 

​Los bebés son lo que sienten. Las sensaciones del tacto, prioceptivas o del movimiento articular, y el sistema vestibular les permiten demostrar el impacto que éstas tienen en el desarrollo motor, cognitivo o de aprendizaje, y en su habilidad para relacionarse socialmente y controlar sus emociones. Estas sensaciones específicas cuando se integran normalmente, se encargan de contribuir al desarrollo del tono muscular, de las respuestas de balance y equilibrio y del bienestar emocional. El procesar las sensaciones de forma inadecuada impacta negativamente el transcurso normal del desarrollo motor, del aprendizaje y la interacción social-emocional. 

 

Existen tratamientos terapéuticos especializados en normalizar las sensaciones. Lo que esto significa es simplemente que el niño acepte las mismas, las integre y de ahí pueda aprender a través de éstas a aceptarlas y usarlas efectivamente.

 

Existen evaluaciones estandarizadas que conjuntamente con las observaciones clínicas asisten al terapista especialista en desórdenes sensoriales, a identificar la relación que éstos tienen con el problema que observa en el niño.

 

Los niños que no procesan adecuadamente la información sensorial no responden según se espera, al manejo terapéutico con enfoque de Neurodesarrollo.

Observando cómo responde el bebé a los diferentes estímulos sensoriales y a su ambiente podemos determinar si necesita de nuestra ayuda. Ante la mínima sospecha de retraso en el Neurodesarrollo de su infante y rechazo a estímulos sensoriales, consúltenos.

Los resultados de nuestra intervención pueden aclarar las observaciones en las dificultades observadas. De esta forma usted aclarará sus dudas y los médicos y demás profesionales pueden coordinar el tratamiento a seguir para el progreso de su niño. Recuerde que en la detección temprana está la prevención.

 

La detección temprana e intervención inmediata con terapia pediátrica adecuada es prevención.

 

¡Aquí empieza todo!

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