​¿Cuándo empieza un niño a caminar correctamente?

 

La mayoría de los niños comienzan a caminar entre los 12 y 18 meses. Sin embargo, caminar con el patrón adecuado, iniciando cada paso con el talón, suele consolidarse alrededor de los 18 a 24 meses. Es importante entender que cada niño tiene su propio ritmo, pero en general, la mayoría logra caminar de manera eficiente y con buena alineación en ese rango de edad.

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¿Por qué es importante que camine iniciando cada paso con el talón?

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Caminar iniciando cada paso con el talón lo ayuda a mantener el equilibrio, también favorece el alineamiento correcto de todo el cuerpo y previene problemas futuros de control de la postura, equilibrio e integración sensorial.

Cuando los niños caminan en punta de los pies de manera persistente y temprana, alteran la postura y la biomecánica de todo el cuerpo.  La biomecánica se refiere al acomodo apropiado de los huesos y cómo los músculos responden a este alineamiento, contrayéndose convenientemente, para llevar a cabo el movimiento, equilibrio y control de la postura.  También, cuando observamos que los niños inician cada paso con el talón podemos afirmar que su sistema propioceptivo y vestibular están respondiendo apropiadamente.

 

¿Qué hacen los sistemas propioceptivo, vestibular y cómo conéctan con la manera de caminar?​​

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Cuando un niño aprende a caminar, estos sistemas trabajan juntos para mantener el equilibrio y coordinar los movimientos. Le ayudan a saber cómo mover las piernas, mantener el cuerpo erguido y no caerse.

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Sistema Sensorial Propioceptivo: Es como un "sensor"  le dice al cerebro del niño dónde están sus músculos, articulaciones y piel en cada momento,  sobre todo como se mueven y hacia donde se están moviendo.  Es esta conexión entre este sistema sensorial con el cerebro la que le ayuda en reconocer que está levantando una pierna, apoyando el pie y si está en equilibrio.

 

 Sistema Sensorial Vestibular: Está en el oído y ayuda a mantener el equilibrio y la orientación en el espacio. Le dice al niño si está de pie, inclinado o en desbalance, girando o en movimiento.

 

Ambos sistemas sensoriales son importantes cuando un niño está aprendiendo a caminar, porque trabajan y colaboran juntos, para mantener el equilibrio y coordinar los movimientos. Ayudan a reconocer cómo mover las piernas, mantener el cuerpo erguido y a prevenir caídas.

 

¿Qué pasa si estos sistemas sensoriales no funcionan bien?

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Si alguno de estos sistemas está afectado, puede ser más difícil para el niño mantener el equilibrio y caminar de manera normal. Por ejemplo:

- Si el sistema sensorial propioceptivo no funciona bien, el niño puede tener dificultad para reconocer dónde están sus pies y qué tan firmes están en el suelo.

 

- Si el sistema sensorial vestibular está afectado, puede tener problemas para mantener el equilibrio o para coordinar los movimientos.

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¿Es normal caminar en la punta del pie?

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Caminar en la punta del pie no es correcto a ninguna edad si el niño lo prefiere o se le dificulta bajar el talón, para sostener peso sobre toda la planta del pie, y propulsar su cuerpo hacia el frente. Pedirle al niño que baje el talón o “esté pendiente a no caminar así”, solo hará que se frustre, porque caminar es una acción contínua y automática.

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¿Qué pasa si camina en la punta del pie en lugar de iniciar cada paso con el talón?

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Caminar en punta de los pies altera el desarrollo apropiado de la postura, biomecánica e integración sensorial causando:

 

1. Alteraciones en el alineamiento del cuerpo: La cabeza, los hombros, la columna y las piernas pueden adoptar posiciones incorrectas, generando desequilibrios o posturas compensatorias. 

2. Problemas en el equilibrio y la coordinación: La forma en que el cuerpo distribuye el peso y mantiene el equilibrio se ve afectada, dificultando el control motor. 

3. Afectación en la manera de caminar según avanza en edad:  La biomecánica alterada puede derivar en dificultades para caminar, correr o mantener posturas correctas en etapas posteriores tan necesarias para la participación social, recreativa, en deportes y actividades escolares.

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¿Qué consecuencias a largo plazo provoca caminar en la punta de los pie?

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1. Las consecuencias se observan con desbalance en fuerza muscular que facilita contracturas y/o acotamiento de los músculos y compensaciones posturales. Las compensaciones posturales se observan en: rodillas, pelvis, caderas, torso y hombros. Con el tiempo esto puede causar que los músculos no desarrollen fuerza balanceada.  Además que los huesos y el acomodo de la espina dorsal, se desarrollen de manera incorrecta y/o se sobre estiren los ligamentos, lo que puede provocar que se lastime o desarrolle dolor en las articulaciones. Si esta tensión se mantiene por mucho tiempo es muy probable que el tobillo no se pueda mover activamente para que el pie mantenga peso en toda el área plantar.

2. La posibilidad de compensaciones asociadas en otras estructuras y partes del cuerpo es real, porque se hace necesario condicionar el balance, equilibrio y postura, cuando todo el peso del cuerpo está en la punta del pie. Esto puede provocar que los huesos, músculos, ligamentos, tendones de los tobillos, rodillas y caderas estén en tensión.

3. En ocasiones es necesario lograr la flexibilidad del pie, a través de una cirugía de alargamiento del tendón de Aquiles. Si fuese así, le recomendamos que nos consúlte para presentarles nuestro tratamiento especializado en Terapia Física Pediátrica, dirigido a la re educación sensorial - motora con el nuevo largo que se optuvo con el procedimiento de la cirugía. Nuestro tratamiento dirigido a esta re educación es vital para prevenir que recurra el patrón de caminar en la punta del pie. El tratamiento terapéutico integrando BioTodS®© es una alternativa que facilita un nuevo comienzo, iniciando peso con el talón al caminar, promoviendo el balance muscular, estructural y postura apropiada en todo el cuerpo a través de una base de soporte dinámicamente estable.

4. El sistema de tratamiento integrando BioTodS®© ofrece la oportunidad para que el niño reconozca el nuevo largo del tendón de Aquiles, obtenido en el procedimiento quirúrgico, para aprender a través de los sistemas propiocepticos y vestibular, la manera apropiada de caminar, iniciando cada paso con el talón. Los movimientos se aprenden. Caminar correctamente se aprende. Es de esperarse que luego de años de caminar en la punta del pie el niño no reconozca cómo iniciar cada paso con el talón, ajustar todo el alineamiento del cuerpo y la postura a este nuevo comienzo de caminar correctamente.

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Consecuencias De Caminar En Punta En El Desarrollo Temprano Del Andarín ("Toddler")

Evidencia Y Aspectos Claves​

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1. Impacto en el sistema de integración sensorial.

 

Evidencia: Caminar en punta de los pies puede alterar la percepción y procesamiento sensorial del niño. La biomecánica alterada afecta la retroalimentación sensorial que recibe del sistema propioceptivo y vestibular, fundamentales para la integración sensorial adecuada.

 

Estudios: La postura en punta de los pies reduce la estimulación propioceptiva en los músculos y articulaciones de las piernas y pies, lo que puede dificultar que el sistema nervioso central integre correctamente las señales sensoriales necesarias para coordinar movimientos, mantener el equilibrio y responder a estímulos del entorno (Kranowitz, 2005; Miller et al., 2007).

 

Consecuencia: Esto puede traducirse en dificultades para regular la atención, responder de manera adecuada a estímulos sensoriales y coordinar movimientos complejos, afectando el desarrollo motor y cognitivo.

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 2. Afectación en la atención visual y el procesamiento visual-motor

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Evidencia: El sistema visual y el sistema propioceptivo trabajan en conjunto para mantener la postura y la alineación del cuerpo, facilitando la atención visual y la exploración del entorno. Cuando un niño camina en punta, la postura puede ser inestable y desalineada, dificultando el enfoque visual y la coordinación ojo-mano.

 

Estudios: La postura inadecuada y la alteración en la alineación corporal afectan la estabilidad y el control de la atención visual, ya que el niño necesita mayor esfuerzo para mantener la cabeza y la vista en un punto fijo, limitando su exploración visual y aprendizaje (Lloyd & Gibb, 2010).

 

Consecuencia: Dificultades en la atención visual, en la percepción espacial y en el procesamiento visual, que impactan en tareas como la lectura, la escritura y la exploración del entorno.

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3. Impacto social y emocional

 

Evidencia: Las alteraciones en la postura y la marcha, como caminar en punta, pueden afectar la interacción social y emocional del niño. Los niños que caminan de manera inusual pueden ser objeto de burlas o rechazo en contextos sociales, lo que puede generar ansiedad, baja autoestima y dificultades para integrarse con sus pares (Piek et al., 2008).

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 - Autoimagen: El niño puede sentirse diferente o inseguro respecto a su forma de caminar, afectando su autoestima.

 

- Relaciones Sociales: La percepción que otros tienen del niño puede influir en su interés por socializar, jugar o participar en actividades grupales.

 

- Emocional: La frustración o la ansiedad derivadas de las dificultades motoras o la percepción social pueden afectar su bienestar y su desarrollo emocionales general.

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Además, controlar el patrón de caminar en la punta del pie requiere de mucho gasto de energía. Esto obliga a cambios por actividades sedentarias: juegos electrónicos y ver televisión.  Hay menos participación en la escuela a la hora del recreo y con amigos en el parque, porque hay dificultad en mantenerse en balance y equilibrio, lo que no le permite ser competitivo en grupo. Usualmente le señalan como torpe, lo que puede afectar su auto-estima.

 

Reflexionemos: Caminar en punta puede tener consecuencias que van más allá de la biomecánica, afectando:

• La integración sensorial

• La atención visual y el bienestar emocional del niño.

 

Es importante tomar acción: Más allá de recomendar esperar a que se resuelva por sí solo,  si el niño o el andarín prefiere y presenta consistencia, en este tipo de ambulación/ caminar. Hoy en día la evidencia científica propone alternativas de tratamiento, de acuerdo a las necesidades individuales de cada niño, que cambien patrones atípicos al caminar. La participación, seguridad emocional y social, integrando el uso de la Férula Bio-Dinámica al tratamiento terapéutico, es el comienzo de un caminar seguro y feliz.​​

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¿Por qué BioTodS®©?

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Porque BioTodS controla inmediatamente la preferencia y/o consistencia de caminar en la punta de los dedos facilitando que inicia cada paso correctamente con el talón. Igualmente, promueve el alineamiento postural y. biomecánico que se necesita para caminar de una manera segura y saludable.

 

Los niños comienzan a caminar de manera apropiada desde los 18 meses haciendo contacto inicial en cada paso con el talón.  Para los 3 años las caracteristicas del patrón ambulatorio del niño son las que se presentan en su vida adulta. 

 

Nuestra filosofía de tratamiento con el sistema BioTodS es interrumpir inmediatamente la consistencia de caminar en punta, llevando a cabo una evaluación individualizada para identificar la causa o el diagnóstico de salud que lo promueve. 

 

Identificar el diagnóstico es vital, porque las causas pueden estar relacionadas a factores neurológicos, neuromusculares, habituales o ideopáticos (sin causa reconocida).

 

No apoyamos esperar a ver qué pasa con el tiempo.  Esta desición de esperar a ver que pasa con el tiempo podría no darle paso a la prevención a través de la detección temprana y tratamientos inmediatos/ apropiados.

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Qué Evitar: Estratégias Que No Funcionan Cuando Un Niño Camina En Punta​​

Si Lo Prefiere Y Es Consistente

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Ninguna de estas acciones ha demostrado solucionar la preferencia o consistencia del niño en caminar sobre la punta de los dedos de los pies:

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• Esperar a que pase con el tiempo - Esperar a ver que pasa con el tiempo es darle oportunidad al Tendón de Aquiles a que desarrolle contractura y haya la posibilidad de requerir un alargamiento a través de un procedimiento quirúrgico.

• Insistirle verbalmente a que baje el talón - Decirle verbalmente que baje el talón puede ayudar a que lo haga momentáneamente o por un período corto de tiempo. La repetición va a tener que ser prácticamente continua para que mantenga el patrón apropiado, ésto no es funcional.  Inmediatamente el comando verbal no esté o el niño participe en actividades independiente caminando va a continuar el patrón de preferencia.  Esto ocurre no porque el niño no desee obedecerlo si no porque el caminar es una acción neuromotora automátca, lo que quiere decir que no pensamos cada paso que damos y cómo lo vamos a hacer. 

• Ponerle pesas en los tobillos - Interrumpen la movilidad del pie para propulsar anteriormente la pierna y de las rodillas y caderas para flexionar o doblarlas en preparación para avanzar la pierna hacia el frente.   

• Zapatos altos o pesados - interrumpen la movilidad del pie para propulsar anteriormente la pierna y de las rodillas y caderas para flexionar o doblarlas en preparación para avanzar la pierna hacia el frente.   ​​  Caminar sobre la punta del pie hace difícil encontrar el zapato “adecuado” para que el talón se mantenga adentro. Muchos niños compensan sosteniendo el peso en el dorso del zapato, lo que ocasiona ampollas y lesiones en sus pies.

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¿Cuáles son las causas de preferir caminar en la punta del pie?

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Las causas de caminar en la punta del pie son varias. Puede relacionarse a condiciones:

Neurológicas -  Donde hay aumento en el tono de los músculos (Hemiplejía, Diplejía/ Cuadriplejía Espástica).

Causas idiopáticas - Se desconoce la causa pero, esta asociado a historial familiar donde ha habido preferencia a caminar habitualmente en la punta de los dedos de los pies.

Trastorno del Espectro de Autismo (TEA) - Se cree que está asociado a dificultad de hiper reactividad sensorial: propioceptiva, tactíl, vestibular, visual y auditiva.  La consecuencia  en la estructura, fuerza muscular, sensación y función se distorsiona y prohíbe que el pie haga contacto iniciando el peso cuando avanza con su pierna hacia el frente, con el talón.

Desorden de Integración Sensorial - No tolera cambios en textura, temperatura o impacto de fuerzas internas (relacionada a los músculos) externas (ambientales) sobre el pie. La consecuencia  en la estructura, fuerza muscular, sensación y función se distorsiona y prohíbe que el pie haga contacto iniciando el peso cuando avanza con su pierna hacia el frente, con el talón. ​​​​​​​​​